miércoles, julio 12, 2006

Retratos

Tres cuentitos cortos para reflexionar sobre la urbe.

Paranoia urbana


Estaba descansando en el parque forestal, cuando dos ojos fríos se clavaron en mí, un hombre
robusto había detectado mi presencia y comenzó a caminar hacia donde me encontraba. En ese instante mi cuerpo se heló. Sin embargo, no me atreví a hacer otra cosa que desviar la mirada ¿sería un matón enviado por el? ¿una bestia inquisidora, dispuesta a matarme en aquel lugar público? Cuando estaba a dos pasos de mi, yo ya estaba listo para golpearlo si sacaba un arma. Pero en vez de eso sacó un cuaderno y me pregunto: ¿le puedo hacer una encuesta?



Fritanga a las 00:00

Estábamos tan satisfechos de comer exquisiteces, eran las 00:00 hrs e íbamos saliendo del sushi-bar. Donde nos fuimos a dar un gustito. Sin embargo, mi alegría se paralizó al ver a una pareja oriental vendiendo fritanga en un carrito. Mi esposa me llamaba desde el auto. Pero ni la miré, me acerqué aturdidamente al carrito, les entregué el primer billete que encontré y trague aquel wantán que me entregaron. Llegamos al departamento y esperé que mi señora durmiera para irme al baño a reflexionar sobre la noche de aquella pareja, mientras vomitaba lo que nunca en mi vida había vomitado.



Todo es más fácil

Tengo un discman, un buen discman y es que no me gustan esos aparatos nuevos que son tan pequeños y te entregan tanto. Con mi discman me sentía honesto. todo era más fácil, las calles eran de gelatina, solo puse play y mis pies se propulsaron con el rebote que daban en la gelatina. Así me desconecté de ellos, me olvidé que ellos existían y viaje en un CD, lo que viajo en una eterna hora. Con el, las escenas de el gris santiago eran parte de un video clip. Voy llegando al trabajo y stop, todo es más difícil