domingo, abril 20, 2008

Absoluta diseminación de los perros en las calles (cantar de gesteogonía)

Y alguien creó primero al perro
Y los cadáveres eyectaron gritos de asombro (Oh!)
Y luego fue creada la calle y
Los cadáveres re-eyectaron más y más Oh!-es

Entonces el perro decidió habitar las calles:
Con pasos y orinas y pulgas y perrosidades varias
Perrosidades varias,
De entre las que una destacó por su orejigrandeza
Provocando serias risotadas entre sus perrosipares
Cumulando ella con metallanto, un cúmulo de risotadas páricas

Y entonces (¡nadie sabe cómo mierdra!)

La metallorante perrosidad, decidió animosiar los cadáveres
Mientras éstos no dejaban de gritar nacientes Oh!-es

Y luego de ser pateados en el culo cadavérico

Se diseminaron a sí-mismos por las pérricas callejas

A la perrosidad pateadora le llamaron ‘Dios’ y a sus pateadospares: ‘hombre’
Y en su turbulenta desparramación por las calles
Patearon en rememoración divina, a todos los perros callunos: ¡Ah desgracia!
¡Magna-inconsciente blasfe-meada!

Una vez culminada la sacrílega pateadura.
Se dedicaron a buscar a su diosístico pateador
Para pedirle pateas nuevas
Y en el intento perpetuoso, aprendieron a fabricar sus pateas propias
En laboratorios e industrias pateafísicas

Entonces al gran pateador, dejaron de buscar
Con científica no-buscosidad
Y con científica no-buscosidad también:
Fabricaron pateas y más pateas
Y compraron pateas y pateas más
¡Y la gente por las pateas enloqueció!

Hasta que llegó un día desocultado
En que los laboratorios pateafísicos, se patearon a sí-mismos
Y con conísitica embudosidad, calleron también los hombres
En la cataclísmica autopateadura.

Y fue entremedio del tracaleo, que una ‘e’ voló eyectada.

Un úbico ombligo de aquello se enteró
Y procuró recoger lo que había quedado
De los pateados laboratorios
Patafísicos ahora, parecían llamarse
Parecían haberse llamado siempre
Los laboratorios pateadísimos
Y un faustróllico ubónico, a investigarlos se dedicó.

Un día de esos, el faustróllico, a un tubo de ensayo; MIERDRA! Le gritó
Y de entre los tubos hermosos, un perro calluno se desocultó
El faustróllico MIERDRA! Volvió a gritar

Y en el perro:

Pasos y orinas y pulgas y perrosidades varias, observó
Las cuales sermoneaban a un orejigrande Dios:
“Ah Dios! Tú animosiaste y pateaste en el culo a los cadáveres, tú!
¡Por tu culpa fuimos por ellos pateados, por tu culpa, Ah Dios!”
-los escuchó decir-.

Y en un acto de la más científica motivación, a Dios con pinzas separó
Y lo midió con cuidado y exactitud.

Desde el día de aquel ingente descubrimiento
Las más ilustres autoridades homínidas
Han ordenado des-Diosear a todos los perros callunos
Y todos los Dioses des-perrados,
Han sido sometidos a la más exhaustiva medición.

¡Desde aquel día, todos los días se celebra la patadura de perros!

¡Salve Oh el faustrólico úbico!
¡ a los perros ahora patamos con consciencia
Y a los Dioses medimos sin temor a blasfe-mear!
¡Salve Oh el faustrólico úbico!


¡Salve Oh!

viernes, abril 11, 2008

Subversión de un ininiti-lado sin fémur

El rectángulo me invitó a tomar el té
Sus cabellos parecían recobrarme la renta
Su mirada se estrellaba con los puentes de avispas
Y los abedules eran cazados por las moscas alrededor

Eso fue ayer o nunca
Entonces un camello desparramaba risotadas
A causa de tu cirujano que se dispuso a llover

Y el rectángulo me lanzó una taza ¡una taza!
Yo por supuesto, corrí para darle un correcto entierro
Sin embargo no pude evitar que arribara. El infame triángulo
Se sentó a una derecha y murió al instante
Y yo que no era tan raro
Lo unté con paté y me lo comí.

La cita acabó cuando vino el libro

Me gritó seriamente una página llena de palabras:
“abyecto círculo ¿por qué te escapas?”
Y en audaces movimientos nos capturó a todos
Nos acarició un rato las mandíbulas y luego se cerró
Porque él estaba siendo atrapado, por la profesora de geometría.