La Interminable verbena del rock n’ roll
Nunca fue tan interminable
Lo sé
Lo sé muy bien
Lo sé muy bien maldito
Lo sé muy bien maldito lector…
Aunque…no vengo a azotar la sapiencia
En la urdimbre de este papel blanco
Y menos las palabras… que poco saben de lo blanco
Y harto hablan de ello
No podría siquiera decir que vengo
Más bien me voy
A la cama, al lecho, al nicho, al féretro
Lo que sea, usted sabrá, por algo es mejor poeta que yo
No entiendo muy bien lo que digo
Sin embargo lo comprendo de una forma exquisita
Cuando miro hacia arriba y veo estrofas simétricas…
Con forma de trompo, de mesa, de copa al revés
Y ahí está presente Dios, Che, pero no se le nota la mano
El problema es que Dios está en mi televisor
Y se me perdió el control remoto
La geometría de la noche, no siempre es portentosa
Es una atmósfera nebulosa
Depende si hay grillos o no
Si hay perros o no
Si hay luces o no
Si hay gatos o no, o jazz
Si ella se desnuda, o prefiere el whisky caro y lentejuelas
Me agrada no entender
La magia enciende ese agrado
La noche agita los labios del fluír irracional
Y apaga las palabras represoras
Las métricas logarítmicas
Las retóricas del bronce
Enciende también el cigarrillo
Que bastante tiene de tabaco absurdo
Y del absurdo no peyorativo
Tabaco erótico
Ok, Produce cáncer, Miguel lo sabe
No sé vaya a desilusionar con eso
¿O pensó que la noche era eterna?
Se acaba… Con un contrabajo lánguido y una trompeta improbable
Un gallo que canta en ultrasonido
Y un whisky que nunca se abrió… y una cama que nunca sudó…
Y un Neruda que nunca escribió los versos más tristes.
Nunca fue tan interminable
Lo sé
Lo sé muy bien
Lo sé muy bien maldito
Lo sé muy bien maldito lector…
Aunque…no vengo a azotar la sapiencia
En la urdimbre de este papel blanco
Y menos las palabras… que poco saben de lo blanco
Y harto hablan de ello
No podría siquiera decir que vengo
Más bien me voy
A la cama, al lecho, al nicho, al féretro
Lo que sea, usted sabrá, por algo es mejor poeta que yo
No entiendo muy bien lo que digo
Sin embargo lo comprendo de una forma exquisita
Cuando miro hacia arriba y veo estrofas simétricas…
Con forma de trompo, de mesa, de copa al revés
Y ahí está presente Dios, Che, pero no se le nota la mano
El problema es que Dios está en mi televisor
Y se me perdió el control remoto
La geometría de la noche, no siempre es portentosa
Es una atmósfera nebulosa
Depende si hay grillos o no
Si hay perros o no
Si hay luces o no
Si hay gatos o no, o jazz
Si ella se desnuda, o prefiere el whisky caro y lentejuelas
Me agrada no entender
La magia enciende ese agrado
La noche agita los labios del fluír irracional
Y apaga las palabras represoras
Las métricas logarítmicas
Las retóricas del bronce
Enciende también el cigarrillo
Que bastante tiene de tabaco absurdo
Y del absurdo no peyorativo
Tabaco erótico
Ok, Produce cáncer, Miguel lo sabe
No sé vaya a desilusionar con eso
¿O pensó que la noche era eterna?
Se acaba… Con un contrabajo lánguido y una trompeta improbable
Un gallo que canta en ultrasonido
Y un whisky que nunca se abrió… y una cama que nunca sudó…
Y un Neruda que nunca escribió los versos más tristes.