domingo, diciembre 23, 2007

Canción del que vive para el que muere


El niño no es un vaso que llenar
Sino un fuego que encender

Francois Rabelais



Señoras gallinas, Gallos gerentes
Que echan tierra al chaval atorrante
Que picotean la pluma indecente

Señoras gallinas, gallos gerentes
Que con ritos colman
Su vacío irritante
Su nada furibunda
Su miedo indeleble

Señoras gallinas, gallos gerentes
¡Paren por favor!
De cacarearme la frente
De fustigarme las lenguas
De atornillarme las sangres

Señoras gallinas, gallos gerentes
¡Dejen de golpearme!
Por no golpearme junto a ustedes
Por no lanzarme a sus canales

Sus simétricos canales
Que escapan de los mares de la nada
Pendiente en contra a la montaña

Y usted gallina o gallo que lee
No me hable de lírica por favor
Palabra que suena a la imagen
De un griego blanco, blanquísimo
Escultura de yeso diría yo

Pulsando con sus manos una lira
Invocando armonías metafísicas
Envuelta en las más precisas
Y preciosas proporciones áureas

Primeras damas gallinas, gallos presidentes
Jugando al orden mundial
A la decencia municipal
A la moral universal

En un imperio de pollos
Que aspiran a un decoroso plumaje
O pollos (como yo) que aprenden a nadar
En la nada inexpugnable
Donde creamos nuevos centros desechables

No manden centinelas a arrestarnos
Ni menos vengan ustedes con sus trajes
A tratarnos de herejes, a cortarnos los brazos
A lanzarnos arpones en caso de plagio

Señoras gallinas, gallos gerentes
Cuelguen sus ritos
En un museo clausurado
Y así obtendremos por fin
Ciudadanía en los universos

1 comentario:

chris6669 dijo...

máximo, me encantó


sigue así