domingo, agosto 31, 2008

Misterio risotológico

La risotología es una ciencia antigua

Que se instauró como tal en el primer congreso de risotología

En el año ocho antes de yogurt

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Todos los risotólogos se reunieron en un salón con sillas

Y no emitieron ningún ruido.

Inmediatamente

Convinieron en que jamás se debía hacer un congreso de risotología

Ni siquiera ese que estaban haciendo.

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POR LO TANTO

-

Salieron corriendo con frenesí y brazos al aire

Y sus cabezas chocaron unas con otras

Y murieron al instante,

Y se evaporaron a la velocidad de la luz

Y se hicieron mierda

Y el salón con sillas se redujo a una bola de medio centímetro cúbico

Y aconteció el big-bang

Y –al parecer- este universo.

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Y aquí estoy yo hablando de esto

Y no sé de donde chucha salí.

4 comentarios:

arbora dijo...

Creo que yo tampoco sé de dónde chucha salí - si omitimos la explicación biológica- y sí, este me gustó muchísimo.
Me encanta esta serie de poemas. El risotólogo que está constantemente en trabajo y apareciéndose por ahí.
Ojalá nunca estemos los dos en uno de esos congresos, para no salir con los brazos y frenesí y cabezas chocadas y muertos.
Porque sin ti me muero.
Te amo

Guarén de saco dijo...

Brekekex-brekekex-coax

Anónimo dijo...

eeh... creo que te amo. pero creo que no creo sino que pienso que te amo y pienso que sé que te amo y al saber que te amo mi saber se transforma en palabras pero como las palabras pueden y no pueden ser meramente mentales dependiendo si son lengua o si son habla como diría saussure yo prefiero que sean ambas y como prefiero que sean ambas entonces las pienso y son lengua y las digo y son habla y a veces para decirlas como el lenguaje es arbitrario puedo decirlo sin decir te amo pero esta vez preferí decirte te amo porque te amo y no sé qué más hacer para demostrarte que te amo y en definitiva creo pienso y sé que hoy día y ayer y mañana las palabras calzaron con el pensamiento, sentimiento, saber y creer, de que te amo y por eso simplemente decidí escribirte en estas líneas eso. Te amo

Francisco Ide Wolleter dijo...

un dejo de lastre deletéreo

de autómatas releyendo el obituario de todas las risas alegres

que nos han llenado de miedo.


saludos