No dejo de producir la materia que se transforma en palabra que se transforma
en espejo;
Espejo que toma forma de bofetada-caricia cuando la materia es el rechinar de
mis esquirlas,
Y se reflejan eternidades quebradas y hemorragias
Y los pedazos de un jarrón que se recoge a sí mismo.
Las palabras de ahora giran, no fluyen, giran como avispas al rededor de un
coágulo gigante que logran picar con escaso éxito
Y cuando pican paren espejos sinceros:
Desnudo en el baño
Vestido en la mesa
Vestido en tu cama
Desnudo en tu ausencia.
No dejo de despilfarrar avispas-sanguijuelas que con todo su inevitable,
horrendo aspecto
Succionan la sangre podrida que cultivo
En mis venas
Desde que me inyectaste amor y lo mezclaste con
Polvo de murallas gangrenadas.
Pues soy mi propio médico de pantano
Que no tiene más que avispas-sanguijuelas
Para mantenerse vivo, para seguir siendo médico,
Para ser el vivo que mantiene al médico
Que mantiene al vivo que mantiene al médico
lunes, noviembre 30, 2009
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