Desde que tus horas ya no son las mías
El tiempo es mi peor enemigo
Pues me ataca con sus tres frentes:
El presente me clava sus lanzas
Y me obliga a la retirada,
El pasado es una emboscada
En medio del desierto florido,
El futuro es la derrota
Lejos de tu hogar.
Me avergüenzo de escuchar
El viento entre los álamos
-Don plácido de la presencia inmediata-
Pues he profanado el instante
Dándole mi espalda
Y es que mi tristeza es la huída
De tu ausencia
Y tu ausencia son tus horas
Amputadas de las mías
miércoles, diciembre 30, 2009
martes, diciembre 29, 2009
Fuera del tiempo
(Escrito el 10/11/09)
I
Y he aprendido a sentir,
En el vórtice de lo oscuro.
Observando el espectáculo de mi tiempo
Me sorprendo fuera de él
El pasado -guepardo imponente-
Se abalanza sobre mi instante fugitivo
Y mientras sus garras desgarran
A mi fatigada gacela
Explota la dinamita de su estómago
Y cubierto en sangre,
Me descubro fuera del tiempo
Pero ya no es la eternidad;
Es la oscuridad
Donde no se observa movimiento
O quizás es tu eternidad
Que se despliega dialéctica
Que se afirma y luego se niega
Y porque se niega luego se afirma
II
Cuando luchaba por darte mi todo
Preferiste la sangre,
De mi cráneo partido...
Por las trituradoras que interpusiste
Entre mi dolor y tu miedo
Cuántas veces me abalancé contra ellas
Para reconocer tu rostro
Detrás de ese velo afilado.
Para conocer al jinete
De tus veloces palabras
Pero el velo fue piedra
E indómitos galopaban los caballos,
Azuzados por el temor
A la avalancha de miradas
Yo forjé palabras, llenas de tiempo:
Las novedades más antiguas.
Tejí un vacío con sílabas
Creyendo que era el cielo
Mas nunca se sabe qué dicen las palabras
Hasta que sus referentes se trizan
Como jarros de mierda,
Cuyas esquirlas hay que tragarse
Para rasgarse el vientre y volverse sabio
Hoy vi a una flor ahogarse
En la orina de un cerdo; era amarilla.
Los pétalos se quemaron
Pero el tallo aprendió a ser hombre
III
Y he aprendido a vivir
En el vórtice de lo oscuro:
Donde la vorágine reposa
He conocido el perdón
He desplegado las velas
De una barco que navega sin viento,
Sin explicaciones ni inquisiciones,
Removiendo las aguas
Del pantano de tus culpas
Hoy vi a un jardinero acariciando los espinos;
La sangre de sus manos los transformaba en flores.
Sonreía: me dijo que había perdonado a su madre
Por haberlo traído al mundo.
IV
Y he aprendido a morir
En el vórtice de lo oscuro.
Sentado fuera del tiempo
Anhelo diluirme del espacio
Hoy vi a la muerte engalanada de belleza;
Me dio un beso y regalándome su rostro
Comprendí el absoluto:
Hagamos el amor, te digo,
Una última vez.
Hagamos el amor y regresemos al continuo,
Sumergiéndonos en la nada que tanto temí
Y ahora quiero compartir contigo,
Fuera del tiempo y del espacio.
Llenemos nuestras nadas con nuestros cuerpos
Y regresemos al vacío de donde salimos.
Pongámonos cinturones de dinamita,
En tu cintura, en mi espalda, entre tus piernas
Y que el orgasmo sea el portal hacia el silencio
Y que la carne explote en todas las direcciones
Y que los fluidos se mezclen con el fuego y el polvo
Y que mis libros ardan en los escombros
Y que de nuestra espuma nazca afrodita
La diosa en donde lo divino y lo demoniaco
Se mezcla sin escándalo,
La bestia de cuyos tibios pechos
Maman Eros y Tánatos
No vivamos en el fragmento
Hagamos del dolor, la sabiduría y el perdón
La semilla de la divinidad
Que brotará hermosa y terrible
En medio de nuestros cuerpos,
Unidos y muertos,
Atravesados de nada
Y fuera del tiempo
I
Y he aprendido a sentir,
En el vórtice de lo oscuro.
Observando el espectáculo de mi tiempo
Me sorprendo fuera de él
El pasado -guepardo imponente-
Se abalanza sobre mi instante fugitivo
Y mientras sus garras desgarran
A mi fatigada gacela
Explota la dinamita de su estómago
Y cubierto en sangre,
Me descubro fuera del tiempo
Pero ya no es la eternidad;
Es la oscuridad
Donde no se observa movimiento
O quizás es tu eternidad
Que se despliega dialéctica
Que se afirma y luego se niega
Y porque se niega luego se afirma
II
Cuando luchaba por darte mi todo
Preferiste la sangre,
De mi cráneo partido...
Por las trituradoras que interpusiste
Entre mi dolor y tu miedo
Cuántas veces me abalancé contra ellas
Para reconocer tu rostro
Detrás de ese velo afilado.
Para conocer al jinete
De tus veloces palabras
Pero el velo fue piedra
E indómitos galopaban los caballos,
Azuzados por el temor
A la avalancha de miradas
Yo forjé palabras, llenas de tiempo:
Las novedades más antiguas.
Tejí un vacío con sílabas
Creyendo que era el cielo
Mas nunca se sabe qué dicen las palabras
Hasta que sus referentes se trizan
Como jarros de mierda,
Cuyas esquirlas hay que tragarse
Para rasgarse el vientre y volverse sabio
Hoy vi a una flor ahogarse
En la orina de un cerdo; era amarilla.
Los pétalos se quemaron
Pero el tallo aprendió a ser hombre
III
Y he aprendido a vivir
En el vórtice de lo oscuro:
Donde la vorágine reposa
He conocido el perdón
He desplegado las velas
De una barco que navega sin viento,
Sin explicaciones ni inquisiciones,
Removiendo las aguas
Del pantano de tus culpas
Hoy vi a un jardinero acariciando los espinos;
La sangre de sus manos los transformaba en flores.
Sonreía: me dijo que había perdonado a su madre
Por haberlo traído al mundo.
IV
Y he aprendido a morir
En el vórtice de lo oscuro.
Sentado fuera del tiempo
Anhelo diluirme del espacio
Hoy vi a la muerte engalanada de belleza;
Me dio un beso y regalándome su rostro
Comprendí el absoluto:
Hagamos el amor, te digo,
Una última vez.
Hagamos el amor y regresemos al continuo,
Sumergiéndonos en la nada que tanto temí
Y ahora quiero compartir contigo,
Fuera del tiempo y del espacio.
Llenemos nuestras nadas con nuestros cuerpos
Y regresemos al vacío de donde salimos.
Pongámonos cinturones de dinamita,
En tu cintura, en mi espalda, entre tus piernas
Y que el orgasmo sea el portal hacia el silencio
Y que la carne explote en todas las direcciones
Y que los fluidos se mezclen con el fuego y el polvo
Y que mis libros ardan en los escombros
Y que de nuestra espuma nazca afrodita
La diosa en donde lo divino y lo demoniaco
Se mezcla sin escándalo,
La bestia de cuyos tibios pechos
Maman Eros y Tánatos
No vivamos en el fragmento
Hagamos del dolor, la sabiduría y el perdón
La semilla de la divinidad
Que brotará hermosa y terrible
En medio de nuestros cuerpos,
Unidos y muertos,
Atravesados de nada
Y fuera del tiempo
sábado, diciembre 26, 2009
Segunda persona singular
¿Por qué ya no aparece la segunda persona singular en las líneas que despacho?
-------------------------------------------------------------------- (Debe ser)
--------------------------------------------------------------------(Que ya no)
---------------------------------------------------------------------(Existes)
-----------------------------------------------------------------------(Allá)
Y te quedaste esculpida en la primera persona singular.
jueves, diciembre 24, 2009
Natividad sin ti
La vida no nos quiere pero no puede vivir sin nosotros somos su única ocupación y no tiene miedo sabe que la aceptamos haga lo que haga y hace lo que hace con sumo desinterés como jugando a inventar juegos una noche en que no hubo nada más que hacer: nos lanza migajas durísimas rellenas de nada y estudia los efectos de la ingestión repentina e inesperada del relleno pues le provoca risa. Ja. Ayer le corté tres patas a una araña fue cuando más utilizó las otras cinco.
Un día se aburre de divertirse con tales boberías y nos mata y no importa porque siempre quedan más de los que ocuparse: es lo que más fastidia al funcionario de registro civil que emite partes de defunción a las nueve de la mañana mientras en su casa lo espera el aburrimiento de tener que divertirse jugando a inventar juegos en donde la existencia de esta carne es el juguete que nadie compró para navidad.
Un día se aburre de divertirse con tales boberías y nos mata y no importa porque siempre quedan más de los que ocuparse: es lo que más fastidia al funcionario de registro civil que emite partes de defunción a las nueve de la mañana mientras en su casa lo espera el aburrimiento de tener que divertirse jugando a inventar juegos en donde la existencia de esta carne es el juguete que nadie compró para navidad.
domingo, diciembre 20, 2009
No pasó nada, excepto yo
Está amaneciendo
Y no es el mundo el que surge de la nada.
Flota en la opaca luz, en el canto de los pájaros,
En el fresco que me rodea
La oportunidad de preguntarme qué hago aquí.
Pero sólo ronda eso; es la oportunidad, no aún la pregunta
Y no voy a aprovecharla.
Puedo preguntar, puedo encerrarme
Mientras se abre el día,
Mas la luz ya me abrió: veo cosas, personas
Que empiezan a moverse;
Y tuve la oportunidad de preguntarme qué hago aquí
El alba me la ofreció de improviso y la miré,
La contemplé como ese pájaro que se mueve
Indiferente; que no me teme pero que jamás
Va a posarse en mi mano si se la extiendo.
Aletea un rato, ya no tiene nada que hacer aquí, se va.
Yo me levanto, quiero prepararme el desayuno:
La oportunidad de no deberle nada al asombro, que no llegó
La tostada quemada tiene el sabor a la tristeza de comprobar
Que cada vez que te intuyo, se me cae la boca
Con la que pensaba cantarte.
Y no es el mundo el que surge de la nada.
Flota en la opaca luz, en el canto de los pájaros,
En el fresco que me rodea
La oportunidad de preguntarme qué hago aquí.
Pero sólo ronda eso; es la oportunidad, no aún la pregunta
Y no voy a aprovecharla.
Puedo preguntar, puedo encerrarme
Mientras se abre el día,
Mas la luz ya me abrió: veo cosas, personas
Que empiezan a moverse;
Y tuve la oportunidad de preguntarme qué hago aquí
El alba me la ofreció de improviso y la miré,
La contemplé como ese pájaro que se mueve
Indiferente; que no me teme pero que jamás
Va a posarse en mi mano si se la extiendo.
Aletea un rato, ya no tiene nada que hacer aquí, se va.
Yo me levanto, quiero prepararme el desayuno:
La oportunidad de no deberle nada al asombro, que no llegó
La tostada quemada tiene el sabor a la tristeza de comprobar
Que cada vez que te intuyo, se me cae la boca
Con la que pensaba cantarte.
Cenizas
Las cenizas de este cigarro que dura tan poco
Me recuerdan lo que seré cuando la aplanadora del tiempo
Cumpla conmigo su trabajo.
Ojala que de mi tumba germine una hermosa planta de tabaco,
Que será cigarrillo y que será ceniza,
Y que te recordará a ti también
Lo que serás cuando la aplanadora del tiempo
Cumpla contigo su trabajo.
Me recuerdan lo que seré cuando la aplanadora del tiempo
Cumpla conmigo su trabajo.
Ojala que de mi tumba germine una hermosa planta de tabaco,
Que será cigarrillo y que será ceniza,
Y que te recordará a ti también
Lo que serás cuando la aplanadora del tiempo
Cumpla contigo su trabajo.
viernes, diciembre 04, 2009
El sufrimiento es la sangre de la lucidez
El sufrimiento es la sangre de la lucidez
Que hincha mis ojos
Que revienta mis venas
Para lavarme la vista,
Aunque la hemorragia me tire al suelo
Y conozca el sabor de la tierra.
Antes tomaba la leche
Del pecho del mundo,
Mas sus brazos me soltaron
Y lloré todo lo bebido
Ahora soy los pedazos
Que luchan por no esparcirse
En la corriente del continuo;
Afán odioso de mantener la vida,
Que resiste el caudal del río.
Antes era la jarra rota y mal pegada
Que somos de nacimiento, y hacía
Aquello de lo cual todos nos creemos capaces;
Yo, como tú y como él,
Vertía mi sangre en las fontanas del mundo
Y en jarras como tú y como ellos,
Creyendo encausar mis actos
Por la boca de mi voluntad.
También creía recibir tu sangre,
Nutricia como leche de madre
Pero cada acto humano es el temblor
De quince mil fragmentos
Que derraman nuestra vida por los intersticios.
Apostamos por nuestra unidad, por nuestra consistencia
Creemos en el trasvasije prolijo de nuestra vida al mundo, al otro
Pero no: cada inclinación de la jarra deja un charco de treinta mil gotas
Y la tierra oscura en donde somos, se erosiona
Y la delgada cerámica se corroe
Y nos quebramos
Y la hemorragia nos lava la vista
Y escribimos que,
El sufrimiento es la sangre de la lucidez
Que hincha mis ojos
Que revienta mis venas
Para lavarme la vista,
Aunque la hemorragia me tire al suelo
Y conozca el sabor de la tierra.
Antes tomaba la leche
Del pecho del mundo,
Mas sus brazos me soltaron
Y lloré todo lo bebido
Ahora soy los pedazos
Que luchan por no esparcirse
En la corriente del continuo;
Afán odioso de mantener la vida,
Que resiste el caudal del río.
Antes era la jarra rota y mal pegada
Que somos de nacimiento, y hacía
Aquello de lo cual todos nos creemos capaces;
Yo, como tú y como él,
Vertía mi sangre en las fontanas del mundo
Y en jarras como tú y como ellos,
Creyendo encausar mis actos
Por la boca de mi voluntad.
También creía recibir tu sangre,
Nutricia como leche de madre
Pero cada acto humano es el temblor
De quince mil fragmentos
Que derraman nuestra vida por los intersticios.
Apostamos por nuestra unidad, por nuestra consistencia
Creemos en el trasvasije prolijo de nuestra vida al mundo, al otro
Pero no: cada inclinación de la jarra deja un charco de treinta mil gotas
Y la tierra oscura en donde somos, se erosiona
Y la delgada cerámica se corroe
Y nos quebramos
Y la hemorragia nos lava la vista
Y escribimos que,
El sufrimiento es la sangre de la lucidez
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