domingo, diciembre 20, 2009

No pasó nada, excepto yo

Está amaneciendo
Y no es el mundo el que surge de la nada.
Flota en la opaca luz, en el canto de los pájaros,
En el fresco que me rodea
La oportunidad de preguntarme qué hago aquí.
Pero sólo ronda eso; es la oportunidad, no aún la pregunta
Y no voy a aprovecharla.
Puedo preguntar, puedo encerrarme
Mientras se abre el día,
Mas la luz ya me abrió: veo cosas, personas
Que empiezan a moverse;
Y tuve la oportunidad de preguntarme qué hago aquí
El alba me la ofreció de improviso y la miré,
La contemplé como ese pájaro que se mueve
Indiferente; que no me teme pero que jamás
Va a posarse en mi mano si se la extiendo.
Aletea un rato, ya no tiene nada que hacer aquí, se va.
Yo me levanto, quiero prepararme el desayuno:
La oportunidad de no deberle nada al asombro, que no llegó

La tostada quemada tiene el sabor a la tristeza de comprobar
Que cada vez que te intuyo, se me cae la boca
Con la que pensaba cantarte.

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